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Minimalist

No siempre podemos planificar desde cero un parque ideal. En muchas ocasiones es necesario insertar soluciones atractivas en espacios reducidos, determinados por el desarrollo urbano anterior. Minimalist surge como respuesta a este tipo de situaciones, como prueba de que lo sencillo no tiene por qué estar reñido con lo funcional, y de que resulta posible ofrecer una jugabilidad máxima conjugando con inteligencia pocos elementos.

Las escaleras evocan el acceso a un cohete espacial; los paneles se calan para albergar rompecabezas o manipulables; las uniones se convierten en rocódromos y elementos de trepa. Con un diseño armonioso en el que los elementos de juego se yuxtaponen sin anularse y permiten una gran versatilidad de uso.

La paleta de colores actúa además como una guía cromática intuitiva que sirve de orientación a los niños: subimos o bajamos por elementos grises; navegamos entre plataformas azules guiados por puntos de apoyo naranjas y blancos; elementos verdes evocan plantas y arbustos. Porque allí donde el espacio trata de limitar el juego, la mejor solución pasa por convertir la estructura en contenido. Además, y como novedad, se dispone de la alternativa de incorporar toboganes de rotomoldeo, en lugar del tradicional tobogán realizado en chapa de inoxidable.